Introducción Si bien en nuestro país se asocia el apellido Rocca con una de las multinacionales más importantes, la Techint; es destacable la labor de este ingeniero en Italia, durante la época del fascismo*. Son múltiples los aspectos que caracterizan la figura del empresario pero, sobre todo, lo que se destaca es su papel de dirigente industrial de gran nivel, protagonista decisivo en algunas elecciones determinantes para el desarrollo del aparato industrial siderúrgico italiano durante los años treinta. Este artículo es la primera parte de una investigación mayor que recién se inicia. Si bien los aspectos a desarrollar con relación al tema son muchos, en este trabajo se privilegia la formación empresarial de este ingeniero en Italia durante el período que va desde fines de la Primera guerra mundial hasta fines de la Segunda guerra, época en que se trasladó a la Argentina en busca de nuevas oportunidades. Asimismo, nos concentraremos en la actividad de Rocca en la Argentina después de la Segunda guerra mundial, su experiencia migratoria y su aporte a la industrialización argentina a través del fenómeno de la Techint, la Dalmine Siderca y la Propulsora Siderúrgica como líderes en el sector de la industria pesada o de base en nuestro país. El trabajo cuenta con dos partes centrales. Por un lado, se estudia la formación empresarial y la participación de Rocca en un número importante de empresas tales como la Dalmine, la Ansaldo, la Siac, la Terni, la Finsider, la Sofindit, a las que se une el período dedicado a la Banca Commerciale Italiana, durante la época de entreguerras. La carrera empresarial de Rocca se caracterizó por alcanzar altos puestos directivos en estas empresas que tenían como denominador común la siderurgia y su importante relación con el desarrollo de la economía italiana. Por otro lado, se describirá el traslado de Rocca a nuestro país en el período de la post-guerra, momento en el que la inmigración era más calificada y en posesión de una cultura propia, con capacidad y experiencia. La mayor parte de estos nuevos inmigrantes eran técnicos, pequeños empresarios, comerciantes, todos exponentes de una burguesía que buscaba nuevas ocasiones y nuevos espacios que Europa, en esos momentos, no ofrecía. A ello se suma, un esbozo de la creación de la Techint en la Argentina y el desarrollo y crecimiento de la misma, proceso que desembocó en el nacimiento de una de las multinacionales más importantes de los últimos tiempos en nuestro país. Cabe aclarar que en ambas partes se propone dar una primera aproximación sobre la vida y la obra de Rocca, tanto en Italia como en Argentina, como asimismo, conocer algunas de sus ideas con relación al desarrollo industrial y a la organización de las empresas. La vida1 Agostino Rocca nació en Milano el 25 de mayo de 1895. Era hijo de Giuseppe Rocca (ingeniero ferroviario) y de Enriqueta Sismondo. Su adolescencia transcurrió en el Colegio Militar de Roma para pasar, después de unos años, a la Academia Militar de Torino, egresando de la misma en el año 1915 con el grado de subteniente. Durante la Primera guerra mundial participó de la misma y recibió una medalla de plata y dos cruces de guerra al valor militar. Finalizado el conflicto bélico decidió comenzar sus estudios académicos inscribiéndose en el Politécnico de Torino hacia fines de 1919. En pocos años obtuvo el título de Ingeniero Industrial Electrotécnico con calificación sobresaliente, hecho que le permitió comenzar su carrera profesional en empresas de renombre. En 1921 entró en los establecimientos metalúrgicos de la Dalmine (Bergamo) especializada en la fabricación de tubos de acero sin costura. Con el correr de los años obtuvo puestos de jerarquía, es así que en 1925 fue nombrado Asesor técnico de la "Banca Commerciale Italiana" que en esos momentos controlaba administrativamente a la Dalmine. Durante el mismo año fue ingeniero jefe de las fabricaciones y patentó importantes procesos técnicos. En 1929 abandonó la Dalmine, sin dejar sus contactos, y pasó a la Oficina Técnico-industrial de la Comit. Durante la crisis de 1930, Rocca debió reorganizar las Acerías de Terni (Societá per l'Industria e l'Elettricitá), la Ilva, la Cogne, la Siac (Societá Italiana Acciaierie di Cornigliano) entre otras, ocupando cargos de presidente, administrador delegado o director general, todo esto sin abandonar por ningún momento su puesto en la Dalmine. Hacia 1935 pasó a la Ansaldo con el cargo de administrador general, lugar en el que permanecerá a lo largo de 10 años, es decir, hasta el fin de la Segunda guerra mundial. Durante este período, la empresa se dedicó a la producción de armamentos para la guerra y contaba con un número importantísimo de obreros que iban desde los 8.000 hasta los 30.000. Asimismo, fue administrador general de la Siac y de la Terni, director general de la Dalmine y de la Finsider. La guerra llevó a Rocca a tomar decisiones extremas y de importancia que le permitieron crecer y consolidarse en su puesto directivo. Una de las singularidades de este período fue que las empresas que se encontraban a cargo de Rocca estaban ubicadas en el norte de Italia, por lo que recibían la orden de producir material de guerra por cuenta de los nazifascistas. Es debido a esto que tuvo que enfrentarse en reiteradas oportunidades con el PRF (Partido Revolucionario Fascista) y con la SS ya que no permitía el traslado de obreros a los campos de exterminio, como tampoco de las instalaciones de la Dalmine y de la Ansaldo. Asimismo, intervino en el salvataje del puerto de Genova. Con el fin de la guerra comenzó la crisis en Italia pero también la aparición de nuevos protagonistas en la intervención pública que nada tuvieran que ver con el fascismo. Es así como Rocca, absuelto de las acusaciones y revocado su mandato de arresto, decidió dejar Italia y trasladarse a la Argentina para "probar nueva su erte"; su único capital era "una media docena de cerebros dispuestos a seguirlo". Sin poder ocupar los puestos precedentes comenzó a establecer contactos con Torcuato Di Tella, un industrial argentino que planeaba dar forma a un establecimiento metalúrgico, dado que en el país sudamericano las condiciones eran óptimas ya que la guerra había favorecido a la economía argentina. Establecido en Buenos Aires, Rocca realizó una empresa admirable, ya que con la fundación y el posterior desarrollo de la Dalmine Siderca, se lo puede considerar el pionero de la industria siderúrgica en la Argentina. Fundó en 1947 la Techint (Compañía Técnica Internacional) siendo su primer emprendimiento, la construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires. Hacia 1948 se constituyó la Safta (Sociedad Argentina de Fabricación de Tubos de Aceros) que terminó fusionándose con la Techint. En diciembre del mismo año la Dalmine Safta comenzó a construir la planta industrial de Campana (Provincia de Buenos Aires). Por otro lado, empezaba a tomar forma otro proyecto de Rocca, la Cometarsa (Construcciones Metálicas Argentinas), cuyo fin era producir carpintería metálica ligera y pesada para silos, pozos de petróleo, calderas, etc. Asimismo, en 1961, fundó la Propulsora Siderúrgica S.A., ubicada en Ensenada (Buenos Aires) dedicada a la acería. La idea inicial de este establecimiento era el mismo que el de Cornigliano, tantos años atrás, llevar adelante una siderurgia moderna a bajos costos. Una vez establecido en Argentina, Rocca extendió sus empresas por toda América Latina, fundando en México la Tamsa (Tubos de Acero de México), y realizando obras de infraestructura monumentales. Luego de una vida intensa y de trabajo, murió el 17 de febrero de 1978 en su casa. Sus restos fueron trasladados a Campana, específicamente a la Dalmine Siderca. Los primeros años de formación empresarial: siderurgia e intervención pública Dentro de la historia de la industria italiana, la asociación Agostino Rocca - intervención pública, no parece descabellada. La intervención pública en la economía italiana tuvo características peculiares que favorecieron la formación de hombres propuestos a guiar las nuevas instituciones y los nuevos organismos que el Estado construía para solucionar las carencias estructurales de la economía italiana. Agostino Rocca fue uno de ellos. Luego de la crisis de 1930 el rol desarrollado hasta el momento por la Banca mixta2 (intermediario financiero y holding) se hizo insostenible3. La solución fue la creación de institutos que aseguraran al Estado el manejo de los recursos financieros destinados al desarrollo económico para poder garantizar la capacidad de dirigir el desarrollo industrial. Es este el caso del IRI (Instituto para la Reconstrucción Industrial) fundado en 1933. El deber del IRI era el de proceder "particularmente a la reorganización técnica, económica y financiera de las actividades industriales del país"4. Con el nacimiento de este tipo de Institutos, se intentaba limitar los inconvenientes producidos hasta ese momento en la intervención pública5. Las conclusiones de este proceso evolutivo de la economía italiana, a través de la reforma bancaria y la consolidación del Iri, por un lado permitían al Estado la gestión del sector industrial de base y, por otro, devolvían a los bancos la importante función de intermediario6. La reorganización de los mercados financieros y la creación del Iri constituyeron un momento importante de este nuevo puntal público del sistema industrial. Siderurgia, química y mecánica adquirieron mayor peso en el interior de la estructura industrial italiana7. Hombres como Donato Menichella, Raffaele Mattioli, Oscar Sinigaglia, Agostino Rocca y Guglielmo Reiss Romoli fueron protagonistas de esta etapa del desarrollo económico de Italia. La intervención pública y el estado "empresario" tomaron mayor auge durante la década del Trenta para afianzarse en los años posteriores. El Estado se transformó en "empresario" cuando los principios de la "economía de mercado" comenzaron a regir la gestión de las actividades económicas públicas. De esta forma, la empresa se constituyó bajo la forma de "sociedad por acciones" en las que el Estado no controlaba el 100% del capital pero poseía una mayoría notable de las mismas. El primer sector puesto bajo esta nueva órbita fue el siderúrgico. En agosto de 1929 y bajo los auspicios de la Cofindustria, se constituyó un consorcio voluntario entre las empresas productoras de laminados y perfiles de acero. El consorcio comprendía a la gran mayoría de las empresas y representaba el 97,5% de la producción total. De esta forma el sector siderúrgico se unía al sistema bancario. Es por ello que, empresarios viejos y nuevos, construyeron juntos un edificio suficientemente sólido desde el punto de vista de la estructura industrial, de la eficiencia técnica de las fábricas, de la calificación, de la mano de obra, de las condiciones de los dirigentes. Con el transcurso del tiempo se había realizado una selección benéfica entre los hombres y las empresas8. Ahora bien, ¿cuál era el papel de Agostino Rocca dentro de este sistema?. Como dijimos anteriormente, surge a lo largo de estos años un grupo de dirigentes que se ocuparon en llevar adelante la política económica reinante y, debido a ello, nació la figura del "administrador delegado". El objetivo era claro: garantizar la continuidad de los mecanismos de poder en el seno de la empresa y aumentar la presencia y el rol de este dentro de la perspectiva de la nueva situación social y política. La carrera de Rocca representa el nacimiento y desarrollo de una nueva figura que se iba delineando y fue asumiendo características específicas a partir de 1930. El origen burgués, la carrera militar y la técnico-burocrática llevada a cabo en un importante instituto de crédito, caracterizan un marco presente en las biografías de otros empresarios públicos. Se puede decir que era un empresario porque organizó, programó y dirigió la producción con una elevada innovación y creatividad, no desde una óptica de "administración ordinaria". Asimismo, el proceso de innovación en el que se insertó se caracterizó por vínculos, mediaciones y contrastes de poder que atribuían a los factores políticos un peso determinante y prioritario, hecho que permitió su formación dentro del ámbito público9. Rocca y la Dalmine S.A. Uno de los primeros lugares donde trabajó Rocca y con el que mantuvo fuertes lazos durante toda su vida profesional fue la Dalmine. Afortunadamente podemos conocer esta relación tan estrecha a través de una serie de documentos que se encuentran en el «Archivio Agostino Rocca della Fondazione Einaudi». Dentro de los temas que preocupaban a Rocca, uno de ellos era el referente a la producción de tubos de acero y su comercialización. Desde sus orígenes, por el año 1906, la «S.A. Stabilimenti di Dalmine» se especializó en la producción de tubos de acero sin costura de cualquier tipo y dimensión para todas las aplicaciones posibles. Las dimensiones de esta empresa eran equivalentes a las mejores fábricas del mundo, su extrema especialización y el mejoramiento de los procesos productivos explicaban la altísima eficiencia técnica del establecimiento y los óptimos resultados económicos obtenidos ininterrumpidamente desde su nacimiento. Según las mismas palabras de Rocca en una carta dirigida a Felice Guarnieri (subsecretario de economía): sono convinto che per la industria siderurgica nazionale è in germe una profonda ineluttabile trasformazione (destinata a maturare più rapidamente di quanto molti siderurgici pensino) e ritengo doveroso oppormi alle tendenze livellatrici e conservatrici di alcuni Colleghi siderurgici (...) i risultati di una azione cosí lunga ed eficace che è tuttora in pieno sviluppo, e tutto il lavoro svolto dai fabbricanti di tubi - ed in prima linea dalla Dalmine - per tutte le sudette affermazioni, che hanno un innegabile valore anche in carattere generale e nazionale (perchè si traducono quasi sempre in risparmi di peso - e cioè di materie prime siderurgiche - rispetto agli altri prodotti), minacciano oggi di essere gravemente compromessi dalla contrazione delle assegnazione10. En referencia a la política exportadora de la época, podemos apreciar que tanto Rocca como la Dalmine eran conscientes de la importancia de la misma para la balanza comercial: infatti mentre ancora alcuni anni fa l'Italia era importatrice di tubi oggi essa è diventata esportatrice: la sola Dalmine nel 1937 ha esportato oltre 6.000 tonn. di tubi, numerosi brevetti relativi alla lavorazione dei tubi d'acciaio nonché materiali speciali lavorati, talché complessivamente essa ha procurato alla Italia alcune decine di milioni di valuta11. Dicha apertura comercial de la Dalmine se puede verificar a través de sus programas industriales que se basaban, principalmente, en la venta de los productos a través de comerciantes revendedores: questa soluzione ha praticamente corrisposto alle esigenze della Dalmine. Lo spirito di collaborazione fra detta Azienda produttrice ed i Negozianti rivenditori è sempre stato completo, ed il collocamento dei prodotti è sempre avvenuto con disciplina e regolarità (...) si è giovata della colaborazione di detti orgamismi per collocare la sua produzione, riuscendo a dominare sempre ed in ogni momento il mercato nazionale12. Otro de los puntos más tratados por Rocca durante su gestión en la Dalmine era el de la formación del personal de la fábrica, desde el obrero hasta el director, y su consecuente organización ya que los consideraba como elementos fundamentales para obtener una alta eficiencia técnica del establecimiento. El modelo que se tomaba como referencia para la formación de los trabajadores era el alemán, que abarcaba indiscutidamente a todos los trabajadores de la fábrica: é opportuno rilevare che in Germania quando si parla di preparazione dei lavoratori si intende preparazione di tutti i lavoratori, dall'operaio al caposquadra al maestro al capo reparto al direttore dell'azienda; secondo i concetti tedeschi tutti devono continuare a studiare, a migliorare e a perfezionarsi, e quindi anche i capi di azienda devono curare di acquistare e di affinare i requisiti loro richiesti13. Se proponía, asimismo, la preparación de técnicos que se dedicarían, en un futuro no muy lejano, a la formación de los trabajadores: nel campo del materiale didattico e del materiale per gli allievi sono da segnalare una quantità di manuali, tabelle, cartelloni murali, dimostrazioni pratiche, ecc., che possono costituire un punto di partenza per i nostri tecnici che si dedicheranno alla preparazione dei lavoratori14. Desde el punto de vista organizativo, y siguiendo el modelo alemán, la propuesta gira en torno a la creación de un sistema administrativo-burocrático cuyos puntales eran las oficinas de trabajo: per realizzare questo compito esistono in Germania 467 appositi Uffici del Lavoro (Arbeitsamt) riuniti sotto il controllo di 23 uffici regionali. Questi uffici hanno il compito di assistere e consigliare tutti coloro che debbono avviarsi ad una professione e contemporaneamente quello di procurare ai singoli settori produttivi le nuove forze nella misura e nella qualità richiesta15. Como se pensaba en el perfeccionamiento de los trabajadores, Rocca resaltaba la necesidad de mano de obra especializada por aquellos años: in circa un anno la maestranza è passata da 2300 a 3500 operai (aumento superiore al 50%), attraverso un periodo laboriosissimo di disagio per la mancanza di personale sperimentato: soltanto la passione e la tenacia dei dirigenti ha consentito di ottenere tale risultato (...) mancano completamente sulla piazza operai qualificati per le nostre lavorazioni, specie dopo le numerosissime assunzioni da noi fatte degli ultimi 12 mesi. Anche volendo, non potremo quindi aumentare la nostra maestranza se non con programmi a lunga scadenza, che oggi si presentano invece negativi16. En referencia al horario de trabajo, Rocca era un defensor de las 40 horas semanales contra las 48 horas que se hacían cumplir al personal: questa Società ha avnzato regolare domanda per ottenere l'estenzione della deroga per un trimestre a 1400 operai complessivamente (su oltre 3500), i quali dovrebbero fare 48 ore invece delle 40 regolamentari (...) per questa ragione ho voluto che a Dalmine lo Stabilimento si adeguasse nel più breve tempo possibile all'orario delle 40 ore lavorative, pur essendo questa disposizione sopraggiunta in un periodo di grande sviluppo della produzione17. Como se puede apreciar, la Dalmine y Rocca funcionaban como un mecanismo que no dejaba ninguna parte sin activar. No sólo se ocupaban de la formación de los trabajadores sino también de la necesidad de mano de obra especializada, preocupación que mantuvo Rocca durante toda su vida empresarial y que trasladó a la Argentina. Con respecto a la importancia dada al modelo alemán, evidentemente se debe a la situación del momento, ya que Italia y Alemania comenzaban a plantear una estrecha relación que se prolongará durante la segunda guerra. Asimismo, es oportuno conjeturar que desde principios del siglo la «Italia industrial» veía en Alemania un modelo ejemplar a seguir. A través de estos ejemplos podemos apreciar las ideas claves de Rocca en referencia a la industria siderúrgica «moderna y competitiva»: eficiencia organizativa, atención al mercado y a la competitividad, continua renovación tecnológica. La participación de Rocca en otras empresas siderúrgicas Si bien Rocca ocupó durante varios años un puesto de importancia en la Dalmine, también desarrolló su carrera empresarial en otras importantes fábricas italianas. Si tuviéramos que realizar una lista de las grandes empresas en las que ejerció cargos directivos no deberíamos dejar de mencionar a la Siac (Società Italiana Acciaierie di Cornigliano), la Terni (Società per l'Industria e l'Elettricitá), la Ansaldo S.A., la Sofindit y la Finsider (Società Finanziaria Siderurgica), entre otras. A lo largo de más de 20 años, Rocca ocupó cargos como Presidente, Vice Presidente, Administrador Delegado, Director General o Consejero, en todos los grupos antes mencionados. La relación con cada una de estas empresas fue intensa y de trabajo continuo pero, asimismo, relacionó entre sí a cada una de ellas. Evidentemente dicha vinculación inter-empresarial se debe a un factor común entre las mismas: la siderurgia y el control del Iri. Se puede afirmar que siderurgia pública y siderurgia Iri eran lo mismo. Esto explica las relaciones que, durante los años Venti y Trenta, los técnicos y empresarios instauraron con la política y los políticos como, así también, la capacidad de darles utilidad a dichas relaciones entendiéndolas como verdaderas y propias articulaciones de la actividad empresaria18. Tanto Agostino Rocca, como Oscar Sinigaglia19, no eran políticos; tenían la imagen de dirigentes industriales y operaban como tales. Poseían, en primer lugar, un «tenaz nacionalismo», que era la condición necesaria para salir del subdesarrollo económico italiano provocado por la dependencia política y por la falta de un rol importante en el sector europeo. Creían que el estado debía intervenir en la economía siguiendo esquemas de naturaleza privada, con el cuidado del dinero público por parte de quienes son responsables del mismo, bajo términos correctos y sin intereses personales20. Para Rocca, la empresa pública o privada debía manejarse bajo líneas y estrategias elaboradas en su interior según sus propios criterios, sin permitir influencias del poder político y utilizando al mismo, si fuera necesario, para llevar adelante sus planes21. A partir de esta postura podemos mencionar la relación de Rocca con el régimen fascista: durante los primeros años treinta hasta el comienzo de la Segunda guerra, las exigencias bélicas y los planes autárquicos ofrecieron un marco favorable en el cual se podían insertar los programas de reestructuración y ampliación del sector siderúrgico, encontrando en el régimen y en Mussolini autorización y aval. Para poder observar la relación de los empresarios de la industria siderúrgica con el régimen, es necesario conocer brevemente el accionar de Rocca en las empresas por él dirigidas. No sólo la Dalmine fue el escenario en el que actuó Rocca, otra gran empresa bajo su dirección fue la Ansaldo S.A. Desde 1935 hasta 1945 fue el Administrador Delegado y tuvo bajo su responsabilidad la tarea de dar a la empresa una organización moderna y, en lo posible eficiente, en la que se diera una equilibrada articulación del poder empresarial acompañado de su correcto funcionamiento con el fin de robustecer y calificar las actividades y la imagen del grupo22. La Ansaldo cambió con Rocca renovando los criterios de gestión. La idea era convertir el establecimiento en algo «redituable», desarrollando una mayor producción y generando puestos de trabajo, todo ello a través de un cambio y un movimiento radical en los establecimientos, en las estructuras administrativas y comerciales, en la organización del trabajo, en la formación profesional, en los proyectos de especialización de productos23. En 1937, Rocca es nombrado director general de la Finsider. Había sido creada para controlar y coordinar las actividades siderúrgicas del Iri. Dentro de este objetivo inicial, Rocca propugnó que la financiera debería aprobar todos los programas de las empresas y establecimientos, las disposiciones de carácter administrativo y financiero de mayor relieve, las designaciones y los contratos de los directores de las distintas sociedades24. Hemos podido apreciar la actuación de Rocca como dirigente de las empresas con «participación estatal», pero también es importante conocer cuáles eran sus ideas sobre la solución al problema de la siderurgia italiana durante la época del fascismo, época en la que fue protagonista de la misma. Gracias a la documentación conservada en el Archivo Agostino Rocca (Fondazione L. Einaudi) podemos conocer las ideas de este empresario sobre el tema siderúrgico. Existe toda una sección del archivo «Industria siderurgica nazionale. Elementi per uno studio sulla siderurgia in Italia» que contiene una serie de artículos basados en estudios realizados por las «oficinas de estudio» de la Dalmine, del Iri, entre otros, cuyo fin específico era la viabilidad de un plan autárquico en la siderurgia italiana. Este plan daba preferencia al desarrollo de minerales en horno eléctrico para la producción del hierro fundido, reduciendo de ésta manera la importación de chatarra y aumentando la importación de minerales, hechos que acompañarían el desarrollo gradual de las acerías a ciclo integral25. Rocca defendía esta teoría afirmando la necesidad de encontrar, a través de la exportación, los medios para proveerse de moneda extranjera. Por lo tanto la «autarquía» completa que propugnaba el fascismo difería de la propuesta por Rocca ya que se necesitaba importar materia prima extranjera puesto que la nacional era insuficiente para las exigencias del acero: l'impossibilitá di raggiungere una completa autarchia impone l'opportunitá, e forse la necessitá, di trovare, attraverso l'esportazione i mezzi per approvvigionarsi le valute dall'estero e quindi abbina il problema dei minimi costi in valuta estera con quello dei minimi costi totali (…) la produzione d'acciaio da minerali importati risulta piú economica, dal punto di vista dei costi in valuta estera, di quella da rottami importati; in particolari condizioni di mercato e di prezzi, come nel momento attuale, la produzione da minerale risulta piú economica anche dal punto di vista dei costi totali (…) la realtá odierna dimostra che la nostra siderurgia é in gran parte alla mercé della siderurgia estera, in condizioni cioé di netta antitesi con gli orientamenti autarchici. Mi pare che questo sia un punto fondamentale per orientare i futuri sviluppi e le necessitá di rinnovamento o di concentrazione della siderurgia nazionale26. Este programa se centraba en una autarquía «relativa» en la que se compensarían las importaciones indispensables de materia prima con las exportaciones de productos terminados (siderúrgicos o mecánicos). Dicho proceso tendría que ser acompañado por una apertura mental de los dirigentes siderúrgicos definida por la «internacionalidad» del plan para poder salir de la crisis. Eran sumamente importantes la superación de intereses particulares y la participación de las industrias americanas en el proceso. Asimismo, el Estado cumpliría el papel de guía dejando de lado la participación de la burocracia «inservible»27. En pocas palabras, este era el plan de Rocca para el desarrollo de una industria siderúrgica a ciclo completo, que se intentó llevar a la práctica con el establecimiento a ciclo integral en Cornigliano (Genova). Una suerte de reforma «siderúrgica» dedicada a reorganizar y dar racionalidad a las estructuras existentes como también a dirigir el sector hacia un mayor crecimiento. Un nuevo rumbo: Argentina | Dejé Italia después de la guerra, ofendido y resentido por una expurgación basada en el hecho que, habiendo realizado como técnico cosas serias, había favorecido los valores del fascismo. Y entonces, el disgusto por esa situación me llevó a emigrar al exterior bajo cualquier condición y para sempre (A. Rocca)28. |
Estalló la guerra y con ella surgieron los bombardeos, la ocupación de las fábricas, el arresto de obreros. Desde su cargo jerárquico, Rocca debió organizar la defensa de los establecimientos industriales ubicados en el norte de Italia: entre 1943 y 1945 evitó la transferencia de hombres y de maquinarias a Alemania. Para ello, se avaló de las divisiones internas que existían entre los comandos alemanes y utilizó el apoyo del general Leyers (que quería aprovechar al máximo las estructuras industriales italianas). Asimismo, y como Presidente del Comité Industrial de la Siderurgia, ésta acción se traslado a nivel sectorial a través de los contactos con hombres del CLNAI (Comitato Liberazione Nazionale Alta Italia) 29. Algunos días después de la «liberación» (abril de 1945), el CLNAI expide un mandato de arresto a Agostino Rocca. Se lo acusaba, en primer lugar, de haber construido su carrera y su fortuna utilizando los méritos políticos de fascista y, en segundo lugar, de haber proyectado y realizado el establecimiento de Cornigliano que era considerado una obra inútil y de propaganda fascista30. Para su defensa, Rocca se basó en decenas de testimonios escritos que fueron obtenidos en pocas semanas. Eran dirigentes de la Ansaldo y obreros de la Dalmine, partisanos y oficiales del ejército que habían participado de la Resistencia, exponentes de los CLN (Comitato Liberazione Nazionale) y políticos antifascistas, todos sostenían que el ingeniero Rocca se había opuesto a los alemanes y había ayudado a los partisanos y que de ninguna manera había colaborado con el régimen de Saló31. Fue absuelto de sus cargos en febrero de 1946 pero desde hacía algunos meses ya había decidido emigrar. Había comenzado sus contactos con Torcuato Di Tella, que por aquellos momentos buscaba un director consultor de probada capacidad, experiencia y espíritu de iniciativa: Rocca reunía todos los requisitos. Antes de arribar a Buenos Aires realizó un viaje de varios meses que lo llevó a contactarse con personalidades de la industria siderúrgica de distintos países: Estados Unidos, Colombia y Perú. La idea de Rocca era la de implantar una nueva empresa en Argentina operando en el sector del acero y dirigida por una compañía independiente. La propuesta concreta era la proyección y la realización de una fábrica de tubos de acero sin costura cuyo modelo «garantía» sería la Dalmine S.A. En febrero de 1947 nace la Techint, Compañía Técnica Internacional, y surge el primer proyecto importante: la construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires. Para llevarlo adelante, Rocca aprovecha la antigua relación con la Dalmine Italiana para la confección de los tubos de acero. En pocos meses y con fondos austeros a disposición, la Techint tuvo la obligación de llevar adelante una obra importantísima para la Argentina. A partir de ese momento, todo parece encausarse, se constituye la Safta (Sociedad Argentina de tubos de acero) y, en Italia, los hombres de la Techint afianzan las relaciones con la Dalmine y la Finsider. En 1948 como consecuencia de dichos acuerdos, es fundada la Dalmine Safta: sociedad por acciones con un capital de 30.000.000 de pesos divididos entre la Techint, la Dalmine y la sociedad financiera Santa María. Resultando de ésta, en 1954, la Dalmine Siderca cuya principal producción son los tubos de acero sin costura de alta calidad. Serán estos los primeros pasos para la creación de una de las multinacionales más importantes de nuestro país. Luego seguirán la Cometarsa (Construcciones Metálicas Argentinas) fundada en 1949 e instalada en Campana (produce equipos y elementos estructurales para la ejecución de grandes obras e instalaciones industriales); y la Propulsora Siderúrgica abierta en 1970 y ubicada en Ensenada (se dedica a producir chapas y bobinas laminadas en frío utilizando como materia prima bobinas laminadas en caliente); como así también la construcción de grandes obras públicas (complejo ferroviario Zárate-Brazo Largo, túnel caminero Cristo Redentor, oleoductos y gasoductos en todo el país, entre otros), realizados por el grupo de empresas dirigidas por los Rocca. Rocca estaba convencido que lo realizado durante los orígenes de la industrialización en Italia podía ser desarrollado de igual manera en la Argentina, su segunda patria. Al igual que otros tantos empresarios, colaboró en la creación y el desarrollo de una estructura industrial que hasta los Años cinquanta no existía. Podría decirse, que con su figura y su obra, representaba el puente ideal entre la vieja y la nueva generación de inmigrantes italianos en nuestro país. Campana: una ciudad propia El centro industrial de Campana cubre 160.000 mts² de edificios con 12 km. de líneas ferroviarias propias y un canal de casi 2 km. para la entrada de barcos. De esta manera, la ciudad pasó a ser un gran centro industrial, polo de atracción económica. Probablemente, Rocca quiso construir en Campana lo realizado en la Ansaldo, es decir, un complejo industrial que para funcionar con una elevada productividad y sin ningún tipo de obstáculos debía disponer del control absoluto de la fuerza de trabajo. En particular, apuntar a la organización fuera de la fábrica interviniendo en modo directo en la gestión y en el control de la formación juvenil y profesional como también en las actividades de carácter social (tiempo libre, educación, sanidad, etc.), construyendo casas populares, comedores, mutuales, tiendas, colonias para niños, subsidios32. Sin duda, si observamos la Dalmine de Campana, podríamos percibir muchas coincidencias con el modelo de la Ansaldo ya que posee 517 casas y 53 departamentos en monoblock construidos para los obreros; un centro cívico que comprende un moderno hotel para el personal de la empresa, una capilla, un mercado y un centro deportivo. Asimismo se encuentra un sector de asistencia e instrucción que consta de 4 jardines de infantes, 7 escuelas primarias y 1 de formación profesional; un hogar de ancianos y una sede de la Asociación Dante Alighieri33. Ante el traslado del modelo «ansaldiano» a la Argentina surgen una serie de interrogantes: ¿qué hay detrás de la decisión de financiar este tipo de obras?; ¿podemos hablar de un tinte paternalista acorde con la política social peronista?, o simplemente quedarnos con la propuesta de que: «no puede haber crecimiento en la empresa si no crece también la comunidad». Los Rocca hoy Algunos periodistas han tildado a los Rocca como una de las familias «dueñas de la Argentina»34, evidentemente esta caracterización puede ser un poco dura pero no se aleja mucho de la realidad. Si analizamos las cifras que maneja esta multinacional podemos decir que a nivel productivo supera la cifra de 2.300.000 toneladas de tubos al año. Las actividades industriales promovidas por este grupo de empresas se concentran esencialmente en Campana y en Ensenada, ambas ciudades situadas en la provincia de Buenos Aires, y representan inversiones de aproximadamente 250 millones de dólares anuales. Este grupo construyó mas de 11.000 kilómetros de líneas de alta tensión y más de 2.000 kilómetros de caminos, controla a cuatro empresas que figuran entre las 150 que más venden en todo el país y factura 1.500 millones de dólares anuales (más del PBI Argentino). Además de participar en la construcción de obras públicas, participa en el negocio del petróleo, los teléfonos y la explotación del transporte ferroviario en la zona cerealera más rica de la Argentina. Si ampliamos nuestra lente de observación, trasladándonos a nivel internacional, el grupo Techint da trabajo a 50.000 personas más otros miles de contratados para la construcción de un gasoducto o de pozos petrolíferos y factura 6.000 millones de dólares anuales, ha construido grandes obras en Uruguay, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Venezuela, Indonesia, Australia y Arabia Saudita. Para finalizar este apartado, nos detendremos en la caracterización de las empresas que forman parte de la organización Techint y que son el «patrimonio de los Rocca»: - Techint: se dedica a la ingeniería, la construcción de grandes obras públicas y el montaje industrial. Los sectores tecnológicos que abarca son: la industria siderúrgica y metalúrgica; plantas químicas, petroquímicas y refinerías de petróleo; fábricas de materiales para la construcción; construcción de gasoductos, oleoductos, plantas de compresión y bombeo, plantas de almacenamiento y distribución de combustibles líquidos y gaseosos; caminos, puentes y túneles, centrales eléctricas; instalaciones portuarias y aeroportuarias. - Dalmine Sidera: produce tubos de acero sin costura de alta calidad en Campana (provincia de Buenos Aires), que se utilizan para la extracción y el transporte de petróleo y gas natural. Exporta a 48 países del mundo. - Propulsora siderúrgica: elabora chapas y bobinas laminadas en frío utilizando como materia prima, bobinas laminas en caliente. Se encuentra en Ensenada (provincia de Buenos Aires). Cubre el 50% del consumo nacional y también exporta. - Cometarsa (Construcciones Metálicas Argentinas): fabrica equipos y estructuras para la ejecución de grandes obras e instalaciones industriales. - LOSA-Ladrillos Olavarría S.A.: produce materiales para la construcción, entre los que se encuentran: cerámicos, tejas y vigas. A modo de cierre… Evidentemente el caso de Rocca no era el único, la formación de empresarios jóvenes que ocuparon puestos jerárquicos en empresas industriales con participación estatal, fue un denominador común para la época. Asimismo, el Iri unió a todos estos nuevos «managers» con un mismo objetivo: el saneamiento y la modernización de las grandes empresas siderúrgicas de Italia. Las ideas claves de Rocca para llevar a cabo dicho plan eran las siguientes: la renovación y el «aggiornamento» de la industria siderúrgica a través de la organización, la programación y la dirección de la producción con una elevada innovación y creatividad; la formación continua de los trabajadores y la especialización de los obreros en base a complejos planes de instrucción para el personal de las empresas; el aprovechamiento de vínculos y mediaciones de poder que atribuían a los factores políticos un peso determinante y prioritario, hecho que permitió su formación dentro del ámbito público. Este modelo de organización empresarial lo puso en práctica durante la gestión en la Dalmine, pero luego fue transferido a las demás empresas en las que participó. No podemos dejar de preguntarnos sobre la relación de Rocca con el régimen fascista que si bien a primera vista podría decirse que era «estrecha» (dado que nuestro protagonista fue fundador del «Fascio» de la Dalmine), podemos afirmar que se contactaba con personalidades del régimen para obtener consenso y apoyo, sobre todo para llevar adelante su proyecto de creación del establecimiento a ciclo integral de Cornigliano, uno de los puntos más fuertes dentro del marco de ideas de Rocca. Trataremos en un futuro de profundizar sobre el tema basándonos en las distintas fuentes relevadas o, en lo contrario, buscar nuevas fuentes que nos podrían dar una aproximación al respecto. Decidido a migrar a la Argentina, durante un período en el que la llegada de una gran cantidad de inmigrantes era importantísima numéricamente, encontró un país fuertemente italianizado, que aún pleno de contradicciones poseía inmensas potencialidades de desarrollo económico. Si hablamos de los propulsores de la industria siderúrgica en la década del Cinquanta, el apellido Rocca no podría obviarse. Una vez instalado en la Argentina, con la creación de la Techint, la Dalmine Siderca y la Propulsora Siderúrgica, Rocca traspasó directamente el modelo de organización llevado adelante en Italia. La Dalmine Siderca de Campana, cuya producción específica son los tubos de acero sin costura, que cuenta con un establecimiento con tecnología de avanzada y en sus alrededores se edificaron casas para los obreros, escuelas, centro deportivo, centro de asistencia, catedral, hogar de ancianos, entre otros, es semejante a lo realizado por Rocca 20 años atrás en Italia. A partir de ese momento, Campana pasó a ser una gran ciudad industrial y un polo de atracción económica. Con respecto a la Propulsora Siderúrgica, el proyecto inicial perseguía las mismas metas que el de Cornigliano (Genova) en Italia: realizar un complejo siderúrgico moderno a ciclo integral y con bajos costos. Evidentemente, Rocca contó siempre con el apoyo y la confianza de fuertes inversores extranjeros con los que se había relacionado durante su actuación en Italia, tales como los accionistas de la Dalmine Italia. Esto le permitió idear grandes proyectos que pudo llevar a la práctica. Asimismo, la relación con los distintos gobiernos argentinos debe haber sido estrecha y conveniente ya que la Techint no dejó nunca de realizar empresas de tipo «faraónico» que, en algunos casos, eran las etiquetas políticas de muchos gobiernos. Como se puede observar a lo largo de estas conclusiones, queda aún mucho por estudiar, a partir del análisis del corpus documental relevado en Italia al que se sumará, en un futuro no muy lejano, la incorporación de fuentes argentinas basadas sobre todo en la actuación de Rocca en las empresas por él creadas en nuestro país. Es este artículo el origen de una futura investigación en la que nos concentraremos en la actuación de Rocca y su importante rol dentro del desarrollo de la industria siderúrgica en Argentina. ¿Cómo logró contactarse con los industriales argentinos, específicamente con Torcuato Di Tella?; ¿por qué eligió a la Argentina para establecerse definitivamente?; ¿cómo solucionó el problema de la mano de obra especializada que necesitaba en Argentina?, como puede apreciarse son muchos los puntos que quedaron por analizar y las preguntas que permanecen sin responder, sin embargo hemos arribado a algunas conclusiones que, sin ser las definitivas, nos permiten una primera aproximación al tema.
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