Los autores examinados en este resumen se interrogan sobre el papel desarrollado por la origen étnica en la determinación de la identidad y de las opciones políticas de los inmigrados italianos y de sus descendientes en Norte América y Brasil.
El ensaye de Mormino y Pozzetta analiza las celebraciones del Columbus Day durante los años de la segunda guerra mundial, relativamente a su papel en la formación de la identidad étnica italoamericana: Cristóbal Colón está percibido como el primero italiano que conseguí escaparse a la retrógrada clase dirigente de su país, abrendo el paso a todos los compatriotas que en seguida se refugiaron en América en busca de libertad y democracia. Los antifascistas italianos en América se volveron a la tradición democrática para luchar contra el fascismo, demonstrando así como los italoamericanos sean parte integrante – y más bien, constitutiva – del país de Jefferson y Lincoln.
Las dificultades del antifascismo italiano en Brasil son examinadas en perspectiva comparada por Bertonha, que evidencia como las simpatías despertadas en el país por el régimen fascista, en particular durante los años treinta del siglo, conjugadas al empeño de los diplomaticos y al clima político represivo dominante en Brasil despues de 1935, contribuyeron a la difusión del sentido filofascista en la comunidad italiana. El auctor señala daemás como las dificultades fueran tambien originadas por las divergencias recíprocas de los adversarios politicos de Mussolini.
Candeloro examina el dificil iter recorrido por los líderes políticos italoamericanos en Illinois, y en particular en Chicago, desde la primera instalacion de los inmigrantes en el estado, durante los años obscuros del prohibicionismo, hacia hoy. El todavía incierto futuro del papel que la identidad étnica puede desarrollar, podrá ser determinado – según el autor – cuando se será formada una nueva categoría de diplomáticos interétnicos, que sepan juntar valores culturales tradicionales y intereses económicos super partes; en este sentido, la presencia de italoamericanos en los dos partidos es tenida por un señal estimulante.
LaGumina analiza el papel histórico de la política étnica a nivel local, examinando el caso de Nueva York. El autor muestra como los italoamericanos conseguiron su integración al proceso político americano, a medida que demonstraban su capacidad de organización como alianza electoral. De los exitos electorales de 1997, resulta que la mayoria de los dieciocho miliones de residentes en el estado de Nueva York es gobernada hoy da italoamericanos, aunque si el número de residentes en el mismo estado monta en total al dieciséis por cien. En las ciudades mayores del estado, Nueva York, Buffalo y Syracuse, los alcaldes son de orígen italiana: Rudolph Giuliani, Anthony Masiello y Roy Bernardi. Así, en el caso de Nueva York, los italoamericanos han sido enteramente aceptados como líderes políticos.
Verdicchio analiza en óptica literaria los italocanadienses y las políticas culturales relativas al factor étnico. En su ensaye, el autor denuncia la adeguación de los canadienses de orígen italiana – más que de los otros grupos étnicos – al modelo americano, y su alejamento dal pluralismo cultural característico de Canadá; de conformidad a este fenómeno, sigue una siempre major invisibilidad de la comunidad italiana. El autor se interroga relativamente al papel de los dialectos regionales, con referencia al abandono de la lengua italiana, preguntandose cuanto este pueda haber influido sobre la falta de dedición de los italocanadienses a su comunidad.